martes, 3 de diciembre de 2013

La Organización~ Capitulo 1

Allí estaba yo, apoyada en un viejo Sauce llorón. A mi lado está Mars, moribundo. La herida es muy profunda pero por fortuna, solo es una. Yo tengo varias,la mayoría leves que cicatrizarían dentro de una o dos semanas.

Llevarlo a la base sería una opción y  supondría un esfuerzo menor pero fuimos a una misión secreta, si lo llevo ahí nos asfixiaran a preguntas y casi no puedo moverme. No puedo dejar que muera. Le extraí la bala pero no se tratar una herida como esa.

Lo mejor sería llevarlo al hospital pero estará como a un par de kilómetros o así pero... tengo que ir no queda mucho tiempo. Intento levantarme sin éxito , lo intento una segunda vez y está vez lo consigo e inmediatamente cojo el brazo de mi compañero y lo paso alrededor de mi cuello, le agarro y comienzo a andar despacio pero con decisión hasta el hospital más cercano.
Iba dando tumbos, yo también tenia una herida muy fea en mi pierna, íbamos despacio. "Mars pesa muchísimo, cuando este bien le diré que haga dieta". No puedo evitar reír ante aquel pensamiento pero no hay tiempo que perder, ambos hemos perdido mucha sangre.
Después de atravesar las calles laberínticas de está ciudad, el hospital se encuentra enfrente nuestra. Lo había conseguido aunque era demasiado pronto para cantar victoria todavía falta entrar y que nos atiendan. Cada vez que doy un paso, una mueca de dolor se dibuja en mi cara. El dolor que siento es insoportable pero ya quedo poco para que por fin, traten nuestras heridas.
Por fin entro en el edificio con Mars a rastras. Íbamos dejando un rastro de sangre tras nosotros, la gente nos miraba atónitos. Aquella gente seguramente que llevaría esperando su turno más tiempo que nosotros pero esto es una urgencia a si que esperar un poco más que no cuesta nada. Trago saliva, respiro profundamente y grito:
-Por favor, que alguien me ayude-inmediatamente unas enfermeras que había por allí con la boca abierta se acercaron a nosotros,- por favor, ayudar a mi amigo.
-¿Pero que...?- Es lo único que dice la enfermera de pelo rizado y ojos oscuros.
-Pero chica,¿y tu? Tu también necesitas tratamiento.
-Lo se, pero primero él por favor.- Una tercera enfermera se acerca con una camilla, entre las tres cargan a Mars en la camilla y se lo llevan corriendo.
-Menos mal...- Caigo al suelo de cara con una sonrisa.
Cuándo abro los ojos, miro a los lados, nada,salvo equipación médica. Ya no siento dolor, no puedo moverme pero no me duele nada. Parece ser que me  desmayé y mientras estaba inconsciente han aprovechado para curarme. Suspiro pero de repente, me acuerdo de Mars, ¿dónde esta? ¿Está bien? Intento incorporarme e inmediatamente suelto un grito ahogado. Tras mi grito, un hombre joven con un traje azul y una bata blanca entra en mi habitación.
-Vaya... A si que te has despertado. Han pasado tres días desde que viniste con tu amigo a rastras.
-¿¡Tres días!? ¿Y Mars dónde esta? Dime.
-¿Mars? Ah, ese debe ser tu amigo. Él está bien, no te preocupes. Tenía heridas superficiales y esa herida cicatrizará lentamente como es normal pero lo hará bien pero tú... Tú estabas hecha echa polvo.
-Puuuf... cuanto me alegro, creía que no me daría tiempo a llegar antes de desmayarme.
En ese preciso instante, la cara de Kyle asoma por la puerta de mi habitación. No puedo evitar sorprenderme y preguntarme que hace aquí pero hago que no me doy cuenta.

-Entonces doctor... ¿Cuándo me dará el alta?

-Las heridas que tienes son muchas y tardarán mucho en curarse pero si se recupera rápido, un par de meses más la rehabilitación... Tres o cuatro meses, más o menos.

-¿¡Qué!? Eso es demasiado- suspiro y Kyle entra. El doctor Fisher ve que entra  y se dispone a salir pero no si antes...

-Os dejo solos que seguro os teneis que contar muchas cosas-ambos nos sonrojamos- después vendre a revisarla las heridas señorita Emma.
Sale e inmediatamente Kyle se pone serio.

-¿Dónde has estado? ¿Y qué te ha pasado?

-¿A mi? Nada hombre-suelto una risa nerviosa.

-Estas vendada y no has aparecido por la base desde hace tres días, tú y Mars. Todos estamos preocupados por vosotros.
-Eso no es de tu incumbencia.
-¿Qué no es de mi incumbencia? ¡Joder Em! Somos compañeros, me debes una explicación por preocuparme tanto.
-Ella no te dirá nada y yo tampoco-Mars entra en escena mientras  miro a otra dirección sintiendo un rubor en mis mejillas - no tenemos porque explicarte nada de lo que paso.
-¿Por qué? ¿Qué coño pasa?- suspira y se rinde. Sale de allí con paso firme y muy enfadado.
-Lo has echo bien Em- me revuelve el pelo con una sonrisa cariñosa en su rostro.- Ah, y gracias por cargar conmigo hasta aquí.
-No tienes porque agradecermelo ya que ese era mi deber y... Deberías hacer dieta o algo, pesas muchísimo- río mientras me mira con una mirada asesina pero termina riendo.
-Vale, lo tendré en cuenta. A todo esto, ¿Cómo te sientes?
-Pues me siento... Me siento como una mierda, me duele todo el cuerpo quiero que me den algo para el dolor... Pero no me importa, lo más importante es que estés bien-sonrío.
-Eres estúpida, en serio. Se que juraste dar tu vida por mi o cualquiera de tus compañeros pero debes empezar a preocuparte por la tuya-se me saltan las lágrimas al oirle,- ya que una chica como tú, con un cuerpo tan magullado y lleno de cicatrices no es atractivo.- Sabía que diría algo parecido. Alzo mi puño vengativo y de un golpe, dejó a mi jefe en el suelo.
-A mi eso me da igual, pero si fuera un chico no me dirías nada sobre mi aspecto.
-Pero es que eres nuestra  dulce niña, no solo yo, todos pensamos lo mismo y nos preocupamos por ti más de lo que crees.
-Lo sé- no puedo evitar sonreír ante aquello.
Yo he nacido y he vivido ahí hasta los 8 años cuando Mars, decidió que nos disolvieramos temporalmente, lo que más me fastidió, es que después de esos 8 años de inactividad, volviera con un desconocido llamado Kyle y me creó tantísimos problemas por culpa de lo mala perdedora que soy pero ahora no puedo evitar una extraña atracción hacía él.
-Em, Emma... ¡Emma!- salgo de mi mundo mental, Mars llevaba hablandome un rato pero no escuché nada.- Madre mia... Otra vez pensando, mejor hazte estatua. Estaba diciendo que dentro de tres días nos iremos de aquí, no podemos quedarnos más tiempo y en ese tiempo, ya podrás moverte.
-De acuerdo y... ¿Podemos regresar a casa?
-Sí, claro- sonríe- lo que no nos gustará será la lluvia de preguntas.
-Es un riesgo que hay que correr.

No hay comentarios:

Publicar un comentario