miércoles, 14 de mayo de 2014

The union~ Capítulo 40

(Christine)
Cuando abro los ojos, me siento desorientada. Para combatir esta sensación me incorporo mientras me rasco los ojos para despejarme.
-¿Dónde estoy?
Por fin recobro la vista y veo que Nathan y Nick me están mirando. Recuerdo que Nick había venido a casa diciéndome que me iba a llevar de nuevo al hospital pero... No recuerdo que Nathan fuera a buscarme... ¡Oh mierda!
-¿Qué coño hago aquí?-Intentó que mi tono de voz se note lo cabreada que estoy y rápidamente me quito  las sábanas de encima y hago el amago de levantarme pero inmediatamente de ver mi movimiento, Nick me retiene y veo que Nathan se ha sobresaltado.
-¿Que qué coño haces aquí? Por las barbas de Poseidón, no seas cría y quedate en el hospital.
Nick y yo nos quedamos mirándonos. Por las barbas de Poseidón, ¿qué clase de expresión ha sido esa? Contenemos la risa y miro a Nick seriamente a lo que él responde dejándome libre.
-Yo hago lo que quiero, ¿de acuerdo? Si no te gusta me da exactamente igual, ya no voy a mover el rabito mientras te sigo. La gente cambia Nathan me las he apañado sola durante ocho años.
-Vale, vale chicos ya basta. Las parejas no deberían discutir...
-¿Qué pareja?- decimos Nathan y yo al unísono.
-Pues... Da igual, me voy ya he cumplido con mi misión. Hasta lue.- Nick sale dando un portazo tras de sí.
-Genial, mira lo que has echo.-Dice Nathan.
-¿Yo? Perdona pero has empezado tú con "Por las barbas de Poseidón".
-Siento haber querido decir algo para suavizar la situación. Sabes que yo también sufro.
-Lo sé pero a la que dispararon fue a mi no a ti. Siente maldecido por el destino.
-¡Esto no es una maldición! ¿No lo recuerdas? Esto es una bendición. Es cierto que pueda tener desventajas pero...
-Pero es peligroso. Podemos sentir en dolor del otro, sangrar e incluso... ¡Podemos morir en cualquier momento!-Suavizo el tono de mi-Te mentiría si te dijera que ahora mismo no estoy asustada. Yo...-Me miro las manos- no quiero morir.-Las lágrimas empiezan a brotar de mis ojos.- Además...- Se me forma un nudo en la garganta pero consigo hablar.-Hace tiempo, me intenta-
ron...
De repente siento unos brazos rodeandome la cabeza.
-No tienes por qué contármelo.- Alzó la vista y su pensármelo dos veces, le abrazo con fuerza y me pongo a llorar en su pecho.