viernes, 18 de julio de 2014

Dragon XII

-Entiendo. Así que te salvó cuando naufragaste.-El viejo Harold mira a su hija, parecen algo sorprendidos.
-Así es. Me prometió que si la acompañaba hasta donde tenía que ir, me llevaría a casa.
-Ya veo.-Aileen se levanta tras decir eso y recoge su parte de cubiertos y vuelve a por los de su padre. Oliver se levanta y Aileen se vuelve a acercar y se lleva los de Oliver.-Parece que Aisha te aprecia.-Susurra la joven.
-¿Qué?-Pregunta el joven que había oído el murmullo pero sólo había entendido "Aisha".
-Bueno...-Comienza a decir Harold y mira a su hija. Parecían estar discutiendo telepaticamente si se lo contaban o no. Al final, después de unos segundos, ella termina asintiendo.-Verás muchacho...-Vuelve a mirar a Oliver que se sienta de nuevo.-A Aisha no le gusta el agua es como una especie de gato pero tiene una explicación. Ella controla el fuego y el agua, como debes saber, es una debilidad del fuego y aparte de eso, tiene un pequeño trauma y no sabe nadar. Por eso nos has sorprendido tanto que nos contarás que te salvo de morir ahogado.
Oliver se pone a pensar el porqué le salvó. Y por fin lo entiende."Aisha". "Parece que Aisha te aprecia".
-Aisha suele salvar a la gente. No es mala como dicen que es. Pero aún así, está muy sola. Por eso te salvó y te ofreció ese trato. 
Se oye mucho ruido de la habitación donde estaba Brown pero el ruido cesa de repente. Los tres bajan la guardia y respiran hondo.
-¡Papá, mamá!-Grita Brown y alarmados, los tres van corriendo a la habitación y ven a una Aisha llena de sudor, con lágrimas saliendo y resbalando por sus mejillas pero aún inmóvil.
Aisha sigue soñando esa cosa tan terrible y no para de resolverse. Aileen se acerca a ella, toma su mano y le acaricia su cara haciendo ruidos para que se calme.
-Ya está... Ya pasó todo Aisha. Tranquila.
Oliver observa la escena sintiéndose inútil. Llevaba viajando con esa chica unos días y no sabía que algo la atormentaba de esa manera. Al ver que se tranquiliza, Harold se lleva a Oliver fuera de esa sala mientras Aileen sigue agarrandola de la mano.
-No tienes porqué sentirte así, Aisha no suele hablar mucho de ella. De echo nunca habla de ella y siempre intenta evitar el tema.
-Me gustaría saber que la atormenta tanto.
-Eso es algo que tiene que decidir si contártelo o no pero si te puedo decir porque está tan apurada para llegar a su destino.
-Por el momento, me parece mejor saber dónde me dirijo.
-Os dirigís a Kushu, la ciudad dónde está el grupo al que pertenece, Windmill.

miércoles, 16 de julio de 2014

The Union~Capítulo 43

(Nathan)
Cuando abrí los ojos, me ciega un rayo de sol y cuando se me aclaró la vista, vi lo quería ver, Christine seguía allí tumbada y aún dormida. Parecía en paz como si nada hubiera pasado.
Me incorporó y miro por la ventana que hay detrás de ella aunque sólo se divisaban unas pocas copas de árboles y un par de árboles más grandes que los otros.
-Buenos días.-Al bajar la mirada veo que Chris me sonríe.
-Buenos días.-Yo también sonrió.
Se incorpora y mira también por la ventana.
-Es una pena que no tengamos buenas vistas.
-Pues si... Nos pasaremos viendo copas de árboles durante una buena temporada.
-A no ser...
-A no ser... ¿Qué?
-Ya sabes a lo que me refiero Nathan pero tú no querrás.
Se hace el silencio. Odio estos momentos. Claro que quiero salir de aquí pero escaparse no es buena idea.
En ese momento, la puerta de la habitación se abre estrepitosamente y una hiperactiva Anne Walker hace su aparición.
-¡Anne!
-¡Christine!- Se acerca a su cama.-¿Qué te ha pasado?
-No es nada grave tranquila An.-Anne la mira de manera dudosa y se gira a mirarme.
-Deberías haberla protegido, los amigos se protegen.
-Yo no tengo la culpa de que terminaramos así además yo también estoy herido.
-Pero ella es más importante que un despojo como tú.
-¿¡Qué has dicho!? Maldita marginada.
-¿Yo? ¿Marginada? Perdona pero aquel él único marginado ere...
-¡Basta ya! Parecéis unos putos críos. Daos cuenta de dónde estáis, estáis en un hospital. Dejaos los piques hasta que salgamos de aquí. ¿Vale?-No recordaba que Christine tenía esos prontos. Anne me mira, parece que ella también se ha cagado.
-Vale-decimos al unísono.
-Así me gusta.
-No sabía que dabas tanto miedo. Había venido solamente a verte y traerte esto.-Y le muestra la cesta llena de fruta que había mantenido a su espalda todo este tiempo.
-Oh, muchas gracias An.-Se abrazan.
-De nada, Chris. Ya nos veremos tú y yo.-Me dice con los ojos entrecerrados.
-Lo espero con ansias.-Nos miramos desafiantes. Anne se va hacía la puerta.
-Adiós Chris tengo que volver al trabajo.
-Vale, adiós An. Gracias por venir.
-De nada mujer.-Se sonríen y antes de cerrar la puerta, Anne se vuelve a asomar.-Él otro día me encontré a Robert. Estaba preocupado porque llevabas bastante sin pasarte por el club. Asegurate de llamarle.
-Vale.-Anne sale de escena.
Yo me pregunto por qué se ha echo amiga de las personas que más odio. Bueno a Anne no la odio, como ella la tomo conmigo yo la tome con ella. Pero con Luke y Robert. ¿Por qué? Cuando se dispone a llamarle, como un autorreflejo, le quitó el móvil.
-¿Qué haces?-Protesta Chris.-Devuelveme el móvil.
-No. No habláras con Luke o Robert mientras yo esté en tu presencia.
-Oh, no me digas que estás celoso.

"No me digas que estás celoso". "Sí, lo estoy" Habla sólo conmigo, estoy delante tuya.
-Sí, lo estoy. ¿Algún problema?-Puedo notar la sorpresa de Christine tras mi respuesta y como sus mejillas iban tomando un tono rojizo.-No apartes la mirada,-le cojo la barbilla y hago que me mire.-mirame a mi y háblame a mi. Sólo a mi. Por favor.

martes, 15 de julio de 2014

Dragon XI

Pasan las horas y todo sigue como antes, el viejo y la chica curándola y Oliver en la misma sala y en la misma postura aún comiéndose la cabeza por lo sucedido.
Desesperado, se levanta y mira por la ventana. No se había dado cuenta de que había pasado tanto tiempo. Habían llegado de día y ya estaba anocheciendo. Oliver pensaba que ellos habían tenido complicaciones y empezó a inquietarse. De la chimenea hasta las ventana,de la ventana hasta la chimenea y así repetidas veces hasta que el hombre canoso sale de la habitación sudoroso y se quita los guantes llenos de sangre.
-Bueno muchacho, lo primero de todo antes de que rompas algo,=Oliver ya había clavado la mirada en aquel hombre pero no se había detenido. Cuando se dio cuenta que iba a continuar, Oliver se detiene.- Aisha está bien. Ha sido muy difícil reconstruirla pero esta bien solamente necesitará descansar mucho y demasiado tiempo de reposo.
-Está bien, gracias por su ayuda. Soy Oliver.-Tiende la mano.
-Yo Harold.-En ese momento, la chica sale de la habitación con todas las herramientas usadas en la curación de Brown ensangrentadas.-Ella es mi hija Aileen.
-Puedes ver a Aisha.-Dijo Aileen en un tono frío dejando el cubo con los utensilios al lado de una pila de agua dispuesta a lavarlos.
Oliver pasa a ese cuarto y al ver a Brown tan indefensa y malherida, él se derrumba. Todo ha sido culpa suya. Sin poder evitarlo, llora encima de las blancas sábanas que recubrían el cuerpo inmóvil de Aisha y sin parar de pedir perdón.
-Ella no te culpará.-Sorprendido, Oliver levanta la cabeza y ve a Aileen apoyada en el marco de la puerta.-Ella puede tener una personalidad retorcida a veces pero en realidad es una buena persona. No se que habrá pasado pero seguramente que no te culpará, de eso estoy segura.
-Gracias Aileen.=se seca las lágrimas.
-Anda ven y cena con nosotros. No siempre viene alguien acompañado a Aisha.
Salen de ahí y van a la sala inicial. Allí está Harold con una olla en el fuego de la chimenea. Con un gesto amable, indica a Oliver que se siente en la mesa y al cabo de un minuto, le sirve un plato de guiso.
-Esto es todo lo que podemos ofrecerte Oliver.
-No se preocupe Harold, es más que suficiente.-Aileen coloca un vaso de agua delante del chico y se sienta a su lado para comer.
-Bueno Oliver, cuéntanos lo que te hizo viajar con Aisha.
-¿No me vais a pedir una explicación de lo ocu...?
-Ya habrá tiempo para eso además es mejor para ti mantener eso fuera de tu cabeza.-Dice Aileen.
-Aileen tiene razón, esperaremos que Aisha se despierte para que nos contéis lo ocurrido. Ahora cuenta, es bastante inusual que ella viaje con alguien.
-Pues vereis... Era un día de mucha niebla y yo...
En aquella acogedora casa, en ese preciso instante Oliver les contó a Harold y Aileen la historia de cómo conoció a Aisha.