viernes, 24 de enero de 2014

The Union~Capítulo 32

(Christine)
¿Qué coño hace él aquí? Mierda, mierda, mierda. Estoy temblando y escondida detrás de Nick. Los chicos se despiden y yo saco una mano por encima del hombro de Nick y los despido con la mano. De vez en cuando, asomo un poco la cabeza para mirar si sigue ahí y de echo sigue aquí.
-Adiós Christine.-Dice con una sonrisa en su rostro.
Me encantaría empotrarle la cabeza contra el suelo.
Cuando sale por la puerta, Nick se da la vuelta y me agarra de los hombros.
-¿Estás bien?
-Si, estoy bien no te preocupes.
-¿Quién era ese hombre?
-Era... Es... Era... Un chico del internado donde estuve, cumplió los 18 y se fue, nadie supimos nada más de él y... Él, intento abusar de mi varias veces y me chantajeaba de manera muy cruel...-Nick me abraza y me da palmaditas en la espalda.
-No llores... Si le vuelvo a ver, le parto la cara y Nathan igual.
-Por favor Nick, no le cuentes nada a Nathan. Te lo pido por favor.
-Vale no se lo diré. Venga vamos que nos está esperando.
Salimos de detrás del escenario y me sorprende ver el local más vacío. Nos acercamos a la barra donde Nathan y Betty parecen tener una conversación muy entretenida.
-¡Holi!-Decimos a la vez y Nathan se sobresalta. Nick y yo nos miramos y empezamos a reirnos.
-¿Qué?
-¿Qué qué?-Dice Nick para chincharle.
-¿Qué ha pasado?
-Le hemos dicho que son asdfghjkl y se han reido.-Contesto.
Betty sonríe y nos echa de allí para poder cerrar.
Hace frío, mucho frío. Nathan se da cuenta de que tengo frío y me pone por encima de mis hombros la chaqueta del uniforme porque no se pudo cambiar antes de ir al local.
Nick se va por un lado y nosotros por otro. En realidad, los tres tendriamos que habernos ido por caminos diferentes pero como estaba oscureciendo, Nathan decidió acompañarme. Me trata como una niña.
Siento que algo se me clava en el hombro derecho y siento también como sale la sangre. Me tambaleo pero sigo de pie. Nathan pone una cara de terror cuando ve que alguien me ha disparado. Yo aprieto la herida con la mano y miro frenéticamente a los lados, buscando al francotirador o al tirador. Puede ser... No puede ser ...
Hago el amago de caer desamayada pero no lo hago. Repito la misma acción, está vez si que iba al suelo pero Nathan me sujeto. Seguidamente me cogio en brazos y comenzo a correr hacía el hospital, supongo.

martes, 21 de enero de 2014

Dragon VI

Cuando terminan de insultarse mutuamente, se hace el silencio. Oliver se queda pensativo mirando la mano de Brown. Se sentía observada a si que le mira esperando que sea otra cosa pero solo era Oliver. Suspira decepcionada.
-¿Qué te pasa?-Pregunta Oliver alterado
-Creía que nos seguian pero solo eras tu mirando mi brazo. ¿Qué pasa con el?
-Solo estaba pensando respecto lo ocurrido anteriormente. Tú lanzaste esa bola de fuego,¿verdad?
-Sí.
-También me he fijado en el tatuaje del dragón.-Se pone la mano sobre el tatuaje y pone cara triste. Oliver prosigue.-¿Qué representa?
-Ayuda a potenciar mi magia. Como debes saber, todos los magos tienen o nacen con la habilidad de hacer un tipo específico de magia aunque aparte puedes aprender más tipos de magia.
-Suspongo que la tuya es el fuego... Porque los dragones escupen fuego.
-Eres muy listo Oliver.-Se pone una mano en la boca y le mira asombrada.-Estoy muy orgullosa de ti.
-¿Y todos los demás tatuajes?
-Muchos son objetos, otros animales y otros simples tatuajes aunque tengo tatuados unos hechizos que en manos equivocadas... Podrían acabar con la vida en todo el planeta.
-¿¡Qué!?
-Pero tranquilo, no caerán en malas manos porque... Pff- se empieza reír escandalosamente.- Deberías haber visto la cara que has puesto.-Oliver suspira. Se había estado creyendo toda la historia.
-Ya me parecía a mi que todo eso fuera verdad.
-Lo siento- continúa riéndose- pero era necesario.-Sigue riéndose un poco más y su risa poco a poca se va frenando.- Te gustará saber esclavo mío que si vamos al sitio que necesito ir sin ningún contratiempo, te llevaré hasta casa, lo prometo.
-¿En serio?-Oliver la mira animado. No se puede creer que sé estaba comprometiendo a llevarle hasta casa.- Muchas gracias.
-Pero he de decir,que  este mundo, el de los magos fugitivos, es más divertido.-Sonríe.
De repente la ardilla salta al suelo y empieza a correr.
-Sigue a la ardilla.
-¿Eh? ¿Qué?
-Tú siguela.
Persiguen a la ardilla hasta llegar a un gran porton, otra aldea. La ardilla desaparece sin que Oliver se de cuenta.
-¿Dónde está la ardilla?
-Esta aquí.-Señala su hombro izquierdo y asoma la cabeza de la ardilla.
Oliver suspira aliviado, no sabe por qué pero por como actúo Brown cuando echo a correr, intuye que es importante.
Ambos miran al frente y se disponen ha atravesar el porton y entrar en aquella aldea.

lunes, 20 de enero de 2014

The Union~Capítulo 31

(Nick)
OMFG! ¡Este grupo es genial! Todos a mi alrededor estan con los brazos levantados y hay chicas que estan encima de hombros.
-Nathan, Nathan.-Le tiró de la camiseta. Cuando me mira cambio mi actitud a la de un niño.-Quiero upa.-Señalo a la chica en hombros de un chico muy musculoso.
-Ni hablar.
-¿Qué? ¿Por què no?
-Porque no y punto.
-Eres un aburrido.
Un rato después, sin que el concierto haya terminado, vamos a la barra.
-Christineeeeeeeeeeee... Nathan es un aburridoooooooo. Dime que tú vendrás conmigo a decirles que son fantasticos.
-Si claro.-Mira a Nathan.-¿Por qué no quieres ir?
-Porque ellos ya saben los buenos que son, no quiero hacerles la pelota.
-¡Aburrido!-Decimos los dos a la vez. Sigo hablando yo.-Te estás volviendo muy serio o ¿será que te estas haciendo viejo y ya no te gusta divertirte?
-Yo...-Chris levanta la mano.- Creo que es a segunda. Serio ha sido siempre o mejor dicho... Siempre ha sido muy tímido.
-Es verdad, es muy tímido.-Me rìo.
El concierto acaba y cojo a Christine de la mano. Pasamos entre la gente y sin que nadie se de cuenta, nos colamos detrás del escenario.
Alli los vemos. Había cinco chicos. Un de pelo negro y con un tatuaje en el antebrazo. Otro rubio con tres pendientes en cada oreja. Otro de pelo castaño y largo. El de su lado tenia el pelo teñido de rojo y tenia el brazo izquierdo lleno de tatuajes. Y el que estaba sentado, el bateria lo intuyo, el que estaba lleno de tatuajes.
-Hola.-Digo sonríente y Chris está a mi lado.
-Hola...-Dice el chico rubio.
-Hola, sois geniales. Sois muy asdfghjjkl.-Sé lo que queria decir y suelto una carcajada. Ellos también parece que la entendieron porque se rieron.
-Muchas gracias.-Dice el pelirrojo.
-De nada, de nada.
-Me han encantado todas las canciones pero en el especial la última. ¿Cómo se llama?
-Se llama... Brains as fuck.-Dice el chico que estaba sentado.
-Hasta el nombre mola...-Dice Christine por lo bajo y ellos han debido oirla porque se ríen.
-Gracias de nuevo.-Dice el de pelo castaño.
Al momento, llega un hombre trajeado, alomejor es su manager o su representante pero me da igual. Miro a Christine para que nos vayamos pero está mirando a ese tipo sorprendida... No, no está sorprendida, está... Asustada.
-Bueno adiós chicos, un placer... Esto...
-Nick y ella es Christine.-Christine se ha escondido detrás mia.
-Pues eso,un placer conoceros Nick y Christine.
Salen de alli y el hombre se queda donde estamos. Mirando a Christine que de vez en cuando asoma la cabeza.
-Adiós Christine.-Sonríe y sale por la puerta.
¿Que coño acaba de pasar?

miércoles, 15 de enero de 2014

La Organización~Capítulo 4

Abro los ojos y me encuentro en mi cama. ¿Cómo he llegado aquí? Que yo sepa no soy sunambula y no puedo caminar a si que la pregunta es... ¿Quién me ha traido a mi habitación? Aunque por lo menos, no estoy en la enfermería. Es grande pero no me gusta estar allí. Vuelvo a cerrar los ojos, quiero domir más. Cuando estoy cogiendo de nuevo el sueño,alguien llama a la puerta.
-No estoy.-Ese alguien abre la puerta como esperaba que hiciera a si que anteriormente, me tapé hasta la cabeza con la sábana.

-Emma es hora de levantarse.
-No puedo moverme a si que no puedo hacer nada. A si que dejame dormir.-Me destapa y la luz me da lleno, cuando se me aclara la vista, veo la cara de Kyle a si que retrocedo.Se ríe y se dirije a cojer la silla y a plegarla. La pone a mi lado y yo me destapo.
-Te ayudaré.
-Puedo hacerlo yo misma.
-Insisto.-Al final se sale con la suya. Me coje y lentamente me sienta en la silla.
Empieza a empujarla por los pasillos de la base hasta la cocina, allí, unos cuantos están desayunando, los demás estan en la sala. Yo todavía me sigo preguntando como llegue a mi habitación pero lo dejo pasar porque no tiene la menor importancia.
-Emma, ¿Cómo está tu pierna?-Me pregunta Lee, parece sentirse culpable aunque le he dicho muchas veces que no tiene que sentirse así.
-Está bien, ya no me duele. ¡Quiero caminar ya!
-Después te revisaré la herida.-Peter se da la vuelta para mirarme mientras bebe café, entonces asiento.
-Toma Emma.-Mark me deja el desayuno en la mesa. La comida de Mark es... Deliciosa.
-Muchas gracias Mark.
Empiezo a comer y me terminó rápidamente. Cuando abro la boca para decirle a Mark que todo estaba muy rico, el suelo comienza a temblar pero al momento, el temblor cesa.
-¿Qué cojones acaba de pasar?-Pregunta Lee mirando a los demás y nadie se da cuenta de que me caído. Cuando va a mirarme a mi rápidamente me levanta.
-¿Qué coño ha...- Kyle no termina la frase porque de repente, se oye una explosión. Parece que ha venido de la entrada.
-Emma quedate aqui.-Dice Lee sentandome en la silla mientras los demás salen ha ver lo que ha ocurrido.-Por nada del mundo salgas de aquí, ¿de acuerdo?-Asiento, sonríe, me acaricia la cabeza y sale corriendo de la habitación.
Se oyen gritos, eso significa que hay intrusos, pero no son de aqui, no sé de dónde podrán ser pero sé lo que están diciendo perfectamente. Creo que son... Italianos...
También se oyen disparos. No puedo quedarme con los brazos cruzados en una situación asi. Aprieto los reposabrazos. Me levanto y salgo por la puerta. Hay dos por el suelo, tres heridos de bala y los demás peleaban como podían, eso de nuestro bando. Del suyo, solamente dos heridos y dos hombres en el suelo.
Doy un puñetazo en la pared y todos paran para mirarme. Ellos estaban sorprendidos y con cara de preocupación.
-¡Peter!-Chillo.- Llevate a los inconscientes a la enfermería y los heridos que puedan caminar que también vayan ahí. Yo me ocuparé de esto.-Peter asiente y me obedece sin más remedio. Los heridos se retiran junto a Peter.
-¿Tú? ¿Ocuparte de nosotros?-Dice un hombre regordete con una pistola entre sus manos. Mira a sus compañeros y comienzana reír, sus carcajadas son muy sonoras.-¿Qué puede hacer una chica como...-Intenta ponerme una mano encima a si que la esquivo y agarro su brazo y se lo pongo en la espalda para inmovilizarle un poco.
Después le doy una patada en el hueco de la rodilla y cae al suelo mientras sigo sujentandole el brazo. Sus compañeros se quedan asombrados.
-¿Dónde está Mars? -Pregunta el inmovilizado.
-Eso a ti,- le doy una patada en la cabeza,- no te incumbe.
Sus compañeros, con rabia, me miran y reanudan su ataque.
-¡No dejeís que estos inútiles vayan a por Mars!
-¡Sí!-Contestan todos a la vez.
Muchos hombres se acercan para atarme pero son muy lentos, no me cuesta nada esquivarlos y dejarlos en el suelo.
La puerta está totalemente destruida y el sol entra con mucha fuerza dentro de la base. De repente veo una sombra masculina, seguramente pertenecía a un hombre muy grande. Ordena a todos sus trabajadores que paren el ataque y ellos paran de inmediato. Se quejan y él hombre misterioso los calla. Se acerca más a mi hasta quedar solo a unos metros.
Era un tipo muy alto, rubio y con ojos azules.
-Siento el ataque tan repentino, señorita.-Se agacha y toma mi mano. Le da un beso.- ¿Sería tan amable de decirme dónde está Mars?-Me mira aún sosteniendo mi mano.
-No permitiré que molestes a Mars. Lo que tengas que decirle a él, dimelo a mi.-Se levanta y su mirada era como cuchillas muy afiladas clavandose sobre mi piel. Tengo miedo. No puedo dejar que nadie se de cuenta.
-Volveré a preguntar... ¿Dónde está?
-No se lo diré, no permitiré que molestes a...- Me deteng,alguien me ha tocado la cabeza.
-Demsiado tarde Emma. No deberías haberte levantado. Estoy aquí, ¿Qué quieres de mi?

The Union~Capítulo 30

(Christine)
Caminamos de la mano. Por el camino no intercambiamos ninguna palabra pero me sirve para memorizar el camino hacia ese lugar, The Druken Skull creo, asi es como lo ha llamado Nathan antes.
Entramos y Nick espera al final de las escalera para que le vieramos ya que había mucha gente.
-Hey chicos.
-Hey Nick.-Me suelto de la mano de Nathan y bajo las escaleras corriendo hasta Nick.-Este sitio mola un montón me pregunto por qué cierta persona no me hablo de el.-Miro a Nathan y Nick se ríe.
-Yo lo sé-dice con la mano levantada,- es que no quiere que...-De repente, Nathan le tapa la boca.
-Vamos a acercarnos a la barra, quiero algo de beber.-Caminan hacia la barra. Nathan sigue tapandole la boca. ¿Por qué lo hará? Me va ha dejar con las ganas de saberlo.
La chica que estaba en la barra es muy guapa, es rubia y con ojos marrones.
-Hey Betty.-Dice Nathan.
-Oh, hola Nathan. Hace días que no te veía.
-Ahora estoy más ocupado.
-Betty, Betty. Esta es Christine.-Betty sonríe y yo la devuelvo la sonrisa.
-Encantada Christine, yo soy Betty. -Lo mismo digo Betty.
-¿Qué te pongo?
-Uuum... Una monster porfa.
-Yo también quiero una.-Responden Nathan y Nick al unisono. Betty ríe y de repente se oye un pitido. Parece que el concierto va a empezar.
Nosotros nos quedamos en la barra bebiendo nuestras monsters. ¡Dulce manjar digno de dioses! El grupo se hace llamar The Fucking Hell y son... ¡Geniales! Todos estan como locos, Nathan dice que me quede en la barra con Betty mientras ellos van a acercarse al escenario.
-A si que tú eres la novia de Nathan...
-¿Novia?-Me sonrojo.-N-n-no soy su novia... Somos amigos de la infancia.
-Pero seguro que... Os habeís besado.-Mi respuesta es el silencio. Recuerdo los besos que nos hemos dado pero Betty me trae de vuelta al local.-No lo niegas a si que es verdad.
-Sí y él me gusta pero... Por favor ¡chsssss!
-Tranquila, no le diré. Tú secreto está a salvo conmigo.
-Gracias Betty.
Me sonríe y miramos al grupo de novatos. Tocan muy bien, quiero acercarme pero Betty dice que es mejor que no porque podrian aplastarme o algo, no sería la primera vez. A si que me quedo ahí, mirando embobada al grupo mientras me tomo mi monster.

martes, 14 de enero de 2014

Dragon V

Paso un buen rato desde que abandonaron la aldea a si que decidieron descansar un rato. Ambos oyen ruidos de ramas y Oliver se levanta sobresaltado pero resulta que no es lo que esperaba, era una ardilla. Brown empezó a reírse hasta quedar tumbada en el suelo y llorar. Oliver le lanza una mirada asesina y está para de reírse y extiente la mano a la ardilla que sube por su brazos hasta su hombro, pasa por detrás de su cuello y se posa en el otro hombro. Oliver suspira aliviado pero está muy avergonzado.
-No tienes porque sentirte avergonzado, es normal. No sabias que iba a salir de entre los arbustos.
-Ya... Pero no recordemos está historia, por favor.
-¿Y por que no?- Acaricia a la ardilla.- Es bastante divertida.
-No es divertida para nada.-Brown se levanta y queda mirando al oeste, su comportamiento se había vuelto extraño.-¿Qué te pasa?
-¿Eh? Nada, nada. La ardilla debe de estar hambrienta, voy a buscarla algo de comer. Tú puedes cojer los frutos del árbol.-Señala al árbol que tenía detrás de él, después se adentra en el bosque en dirección este.
Pasa un buen rato y Brown aún no ha llegado. Oliver está apoyado en el árbol comiendose uno de sus jugosos frutos verdes. Cuando oye unos pasos y se pone el guardia sin desembainar la espada. A su izquierda, aparecen tres hombres. Uno pequeño, regordete y con un bigote retorcido. Otro alto, delgaducho y pelirrojo. Y el otro, de una estatura media, ni muy alto ni muy bajito, con barba y con una cicatriz en el ojo. Al parecer el regordete es el lider.
El lider avanza hacía Oliver y le sonríe amablemente.
-Hola jovencito, ¿Por casualidad no habrás visto a está chica?- Se saca un papel de su bolsillo y se lo enseña. Oliver se sorprende pero inenta ocultarlo. Estaban buscando a Brown.
-No, lo lamento.-El hombre pelirrojo se acerca a su jefe y le susurra algo al oido, la expresión de amabilidad desaparece.
-Sé que sabes quién es, dime donde se encuentra.
El hombre de la cicatriz sujeta una daga en su estuche, el lider la coje la daga y se acerca amenazando a Oliver.
Delante de los hombres misteriosos cae una bola de fuego la cual crea mucho humo. Se les oye murmurar dónde estaba Oliver y Oliver estaba desconcertado. De repente, alguien tira de su brazo, es Brown.
-Corre.-Murmura
Ambos corren al norte aprovechando aquel humo tan espeso. Brown no tenia puesta su chaqueta, tiene más tatuajes de lo que imaginaba. Paran a recobrar el aliento. Apoya sus manos en sus rodillas y él se apoya en un árbol. En su mano derecha se hace visible el tatuaje de un dragón el cual empieza en la mano y sube hasta su antebrazo. Cuando recobran la respiración, la ardilla salta hasta la cabeza de Brown y se pone la chaqueta.
-¿Por qué te buscan?
-Sé que estás pensando que he echo malo pero te equivocas. Yo no soy la mala, ellos son los malos. Puedes pensar lo que quieras pero quiero que sepas que yo nunca miento. Si quieres seguir adelante tú solo, adelante, eres libre.
Oliver se queda pensativo y ella camina con la ardilla en la cabeza. Al ver que se aleja, la alcanza hasta caminar a su lado.
-No sé que habrás echo, sinceramente me da igual pero no quiero morir aqui.
Brown sonríe y le acaricia la cabeza a Oliver.
-Eres un buen chico, Oli.
-Calláte.
-Te cabreas muy rápido. Si sigues así te saldrán arrugas.
La mira despiadadamente y ella sonríe.
-Eres estúpida.
-No más que tú.
Siguen su camino insultandose unos a otros. La ardilla está dormida sobre la cabellera castaña de Brown.

lunes, 13 de enero de 2014

The Union~Capítulo 29

(Nathan)
-Pensé en suicidarme.-Cuando oigo salir esas palabras de su boca, la separo de mí.-Pero me acordé de ti, de nuestros momentos y decidí que me escaparía de allí y te buscaría. Tú me ayudaste a seguir adelante.-Me sonríe, una de sus bonitas sonrisas. No se donde meterme en este momento, y ella lo notaba. Decidí por abrazarla y apoyar mi cabeza en su hombro.
-Eres muy estúpida Chris.
-Lo sé, lo sé.-Ríe.
-No dejes de abrazarme, por favor.-Seguro que la extraño mi favor pero sin embargo, ella sigo abrazandome.
En serio, esas palabras suyas, tan... Tan... No sé como definirlas pero... Me hacen sentir como un inútil por no poder resistir sonrojarme. Yo debería halagarla y subirla el ánimo pero más bien, ella me está animando a mi.
En ese silencio de repente se hace notar Perfect Weapon. Al parecer ella se asusta pero lo oculta bebiendo su colacao. Cojo el móvil y lo único que oigo es música todo volumen y unos segundos después, oigo la voz de Nick.
-Mi niño, te echo de menos, ven conmigo.
-Eres estúpido.
-Es parte de mi encanto.
-Lo qué tú digas. ¿Qué quieres?
-Tienes que venir pero ya, hay un concierto en directo, son principiantes pero dicen que tocan... Saldrán dentro de poco.
-Lo siento pero...-Christine me coje el movil y se levanta al ver que lo quiero de vuelta.
-¿Nick? ¿Eres tú?
-Sí... Hola... Esto...
-Soy Christine.-Me esquiva.
-Ah... Hola. Ya que estaís juntos... Teneís que venir, sin falta.-Me esquiva de nuevo.
-De acuerdo, ahora vamos a ir para alla.
-Tú eres más enrollada que tu novio.
-¿Qué?
-Nada, nada. Te veo luego.
Chris me da el móvil.
-Nos vamos.
-¿Por qué? Yo quiero seguir aqui, es mejor.
-Quiero ir.-Hincha los mofletes, ya está actuando como una niña. Estamos unos segundos mirandonos y me doy por vencido.
-Vale, iremos a The Druken Skull.
-¡Bien!-Me da un beso en la mejilla.-Solo espera un momento.
Asiento y ella entra en su habitación. Al momento sale con unos vaqueros ajustados y una camiseta por lo menos de mi talla de My Chemical Romance. Nos sonreimos mutuamente y vamos al Druken Skull cogidos de la mano.

sábado, 11 de enero de 2014

The Union~Capítulo 28

(Christine)
Le he traído a mi casa sin pensarlo siquiera. Me ha roto el corazón verle así. Le digo que se siente en el sofá mientras yo preparo dos colacaos calentitos. Cuando los termino, voy al salón, le doy la taza a Nathan que da pequeños sorbos mientras que me siento a su lado.
-Bien, ¿Por dónde quieres que empiece?
-Desde el principio.
-De acuerdo. Cuando desperté, estaba sentada y atada en una silla. Ellos me dijeron que les dijera el número de telefono para poder contactar con mis padres, cuando yo les dije que no tenía, me pegaron con una pistola. Ellos seguian insistiendo y yo diciendo lo mismo a si que estuvimos así durante horas. Decidieron llamar al alcalde de la ciudad donde estabamos para que pagará mi rescate pero les dije que él no pagaría mi rescate ya que soy una niña insifnificante y que no merecía la pena en torturarme. Ellos se apiadaron de mí y decidieron criarme ya que su primer secuestro había sido un fracaso. Fueron cuatro años maravillosos. Un día, vinieron unos tipos y prendieron fuego a la casa, por suerte todos ellos murieron y nosotros salimos vivos pero uno quedo totalmente aplastado. Quedo así por salvarme. Ya que no tenían vivienda y todo se había quemado, decidieron dejarme en la puerta del orfanato de la ciudad. Cuando entre allí, todo fue bien pero al tercer día, sin ningún motivo, empezaron ha hacerme la vida imposible. Se metian conmigo, se aprovechaban de mi y me pegaban diariamente.-Se me saltaron las lágrimas.-A sí fueron mis otros cuatro años.-Dejo la taza en la mesa y sigo llorando. Oigo como apoya su vaso y siento como me abraza.
-Yo... He vivido tan bien y tú tan... Mal... Me siento mal.
-Pensé en suicidarme.-En ese momento, Nathan me separá de él y me mira.-Pero me acordé de ti, de nuestros momentos y decidí que me escaparía de allí y te buscaría. Tú me ayudaste a seguir adelante.-No sabía donde meterse en ese momento, lo notaba. Se decidio por abrazarme y apoyar su cabeza en mi hombro.
-Eres muy estúpida Chris.
-Lo sé, lo sé.-Río.
-No dejes de abrazarme, por favor.-No puedo evitar sorprenderme pero hago lo que me dijo. No dejo de abrazarle.

viernes, 10 de enero de 2014

Dragon IV

Siguen por el sendero descubierto anteriormente. Un rato después, llegan a un portón que protegia el pueblo. Ya que las puertas están abiertas, entran.
Había mucha gente en la calle pero el ambiente era muy tenso, todos estaban serios y los niños jugaban sin ganas. Eso a la chica le entristecio y tuvo una idea para animar a los campesinos: dar un pequeño espetáculo. Bajo la atenta mirada de un Oliver perdido completamente, murmura unas palabra y alrededor de su mano izquierda aparece una luz similar a la que la rodeaba cuando se transformo en hombre, cuando la luz se desvanece, aparece una flauta. Comienza tocando unas simples notas y enseguida atrajo la atención de los niños que, lentamente, comenzaron a seguirla. Oliver desconcertado, también la sigue. Llega a un fuente y se sube al bordillo, ahí comenzo a saltar y moverse alegremente mientras tocaba la flauta. Algunos adultos curiosos se acercaron a verla. Ahora todos estaban alegres, necesitaban entretenimiento, algo así como un juglar.
Ella a veces se hacía pasar por juglar para no levantar sospechas. Animar a la gente le gustaba y ver a los niños sonriendo le gustaba aún más.
Cuando termina de tocar, mira a toda esa masa de gente que se habia concentrado para verla, hizo un saludo y todos los aldeanos, comenzaron a aplaudir. Ahora la gente sonreía y los niños jugaban animados.
-¿Por qué has echo eso? Podrían haberte descubierto.
-Tranquilizate Oliver. Lo hecho porque no me gustaba la atmósfera que se respiraba.-Una muchacha, parecía tener la misma edad que la jefa de Oliver, se acerca a ellos.
-Hola. Bonita melodía.-Dice sonriente.
-Buenos días, muchas gracias.
-¿Son juglares?
-Eeem... Algo parecido. Él no lleva tanto tiempo como yo a si que yo soy su maestra.
-Los juglares sois geniales.
-Muchas gracias.
-Estareís hambrientos, venid conmigo, alomejor tengo algo que podaís desayunar.
-Muchas gracias señorita, es usted muy amable.- Dice Oliver sonriente.
-No hay que darlas.- Ella pudo notar cierto rubor en su mejillas pero mantuvo la boca cerrada.
Llegan a una modesta cabaña. Era muy acojedora con su fuego, sus camas... La muchacha hace una seña para que se sienten mientras les sirve comida del caldero que hay todavía en el fuego.
-Tomad chicos, esto es todo lo que tengo.
-Es más que suficiente, muchas gracias.-Vuelve a sonreír Oliver y la aldeana vuelve a ruborizarse. Podría haber contestado ella pero se le caían las babas.
-Muchas gracias por la comida.-Empiezan a comer.
-Me gustaría saber vuestros nombres.
-Yo soy Oliver y ella es...-Para y la mira, llevaba dos días con ella y no sabía como se llamaba.
-Llamame Brown.
-Yo soy Susan, encantada.-Brown termina de comer.
-Estaba deliciosa.
-¡Cuánto me alegro!
-Estaba delicioso, muchas gracias Susan.-Dice Oliver.
-No es nada. Gracias a vosotros por animar a los demás, siempre es bonito verles sonreír.
-Desde luego por eso nos decicamos a esto.- Oliver quería interrumpir a Brown pero está le dio un codazo y quedo callado.
-Si quereís, podeís pasar aquí la noche aunque falte mucho.
-Es muy amable por tu parte Susan, pero debemos irnos.-La mirada de Susan cambio, ahora no reflejaba alegría sino tristeza.
-Es una auténtica pena pero por suerte, el siguiente pueblo está bastante cerca.
-Gracias por la información Susan.
-De nada Oliver, Brown.-Quería decir otra cosa pero se la calló.
- Y sí, volveremos.-Brown sonríe y Susan se queda desconcertada y seguramente se estaba  preguntando como había averiguado lo que estaba pensando.
-¿Por qué no podemos quedarnos aquí hasta mañana?
-Porque no.
-¿Y por qué no?
-Porque no tenemos mucho tiempo.
-¿Eh?
Ella no dice una palabra más y salen de la aldea mientras que unos aldeanos les dan las gracias y les despiden con la mano.

jueves, 9 de enero de 2014

Dragon III

Ya ha amanecido y los madrugadores rayos solares van a parar a la cara de la muchacha. Ella molesta, abre los ojos y ve que Oliver duerme a su lado. Sonríe maleficamente, se levanta y va hacía el árbol que tenían enfrente. Antes de subirse hace un hechizo y hace aparecer dos espadas. Con su ayuda, escala hasta la rama más alta. Una vez allí, apunta bien y lanza una espada hacia al chico. Se levanta sobresaltado y por aquella reacción, ella empieza a reír sin parar.
-¿Qué coño haces? ¡Podrías haberme matado!- Grita muy cabreado mientras ella sigue riendose.-No te rías.-En ese momento intenta aguantarse la risa.
-Sin embargo no has muerto. Y confía un poco más en mi puntería.-Baja de la rama de un salto y camina armada por la otra espada, hasta el joven.
-Bien, empecemos. Lo más básico de todo, coje la espada.-  La señala y él la coje.- ¡Guau!-Aplaude,- ya has completado el primer paso. Bien, ahora empuñala fuertemente y ataca aquellas ramas tan bajas.-Señalas la ramas, él asiente y va ha hacerlo mientras ella se sienta en el tronco.
De repente se le ocurre una idea y decide hacerlo así. Coje una hoja grande y con una ligera llama, la quema y pone "espadachín". Oliver sigue cortando ramas. El tronco empieza a moverse y se levanta, cuando lo hace, todo el suelo tiembla y Oliver se da la vuelta sobresaltado. Al ver el tronco con vida no puede evitar chillar.
-Tranquilo Oliver,- da una palmadita al tronco viviente- te ayudará a entrenar. Tu tercer ejercicio será... Intentar desarmarle. Tienes que usar la espada, no vale nada más, ¿De acuerdo?
-¡Estás loca!
-Tal vez. Empieza.
El muñeco da un paso adelante y ataca a Oliver que por los pelos, lo esquiva. Los ataques son continuos y los esquiva como puede, uno de ellos lo detiene con la espada. Levanta los brazos y haciendo levantar los brazos de la marioneta. Ataca y la espada sale disparada hasta el lado de la chica.
-Bien, otra vez.-Lanza la espada a la marioneta y repiten el ejercicio.
Está vez, el que queda desarmado es Oliver. Esquiva los ataques pero en un momento queda acorralado, ella se acerca por detrás del tronco, hace una pistola con sus dedos y lanza una llama que quema la hoja en la que ponía "espadachín". El tronco queda inanimado como al principio. La espada cae al lado de Oliver y el árbol hacia atrás.
-¿Estás bien?- Le tiende la mano para ayudarle a levantarse pero este le da un manotazo y se levanta por su cuenta.
-¡Eres una demente! ¡Casi muero por tu culpa!-Ella sigue afectada por el rechazo de su ofrecimiento y sin mirarle si quiera, absorbe la espada utilizada por el muñeco de madera y empieza a caminar.
-Te regalo esa espada, tomalo como un obsequio de tu maravillosa jefa.
-¿Eh? ¿Maravillosa jefa? ¡Casi me matas y encima dos veces!
-Mira niñato, a mi me da igual si continuas solo pero si sigues tu camino tú solo, morirás muy pronto. A si que toma una decisión.
Da un paso y otro más y va adentrandose más y más en aquel bosque. Oliver, asustado, decide seguirla. Además salvo su vida a si que le debe una.
Los dos caminan unos metros más y encuentran un sendero. Ella sonríe porque eso significa que hay un pueblo cerca y puede desayunar decentemente.

miércoles, 8 de enero de 2014

Dragon II

Oliver y la chica caminan por el bosque, está empezando a oscurecer a si que deciden acampar en ese lugar.
-Oliver, ve a buscar leña o comida lo que se te de mejor mientras yo descanso.
-¡Oye! Por lo menos podría ir a recojer comida o algo. Soy tu esclavo pero no pienso hacer tanto trabajo para agradarte.
-¡Uy, uy, uy! Lo siento mucho esclavo mio, yo iré a buscar comida y tú a buscar leña. ¡Ah! Ten cuidado, hay muchos animales salvajes y mercenarios por aquí.
Ella va hacia la derecha y él hacia la izquierda con un poco de miedo metido en el cuerpo por culpa de su "jefa". Al rato, ella está sentada apoyada en un tronco de árbol caído y segundos después aparece él.
-Por fin llegas, ya me empezaba a preocupar por ti.-Dice en tono burlón.
-¡Qué te zurzan!
-¡Ay, ay, ay! No me puedo creer que me hayas dicho a mí.-Exagera su tristeza fingida. Oliver suspira y coloca los palos y ramas hasta formar una buena estructura, se dispone a hacer fuego cuando ella le detiene.-Espera, ya lo enciendo yo.
-¿Y cómo? ¿Acaso sabes hacer fue.. ?-Del dedo de la muchacha sale una llama que prende enseguida toda la leña y mira a su esclavo sonriente.-Ah, se me olvidaba que eras maga.
-Nunca debes olvidar que soy y ahora que vas a andar conmigo... Es mejor que aprendas a defenderte...
-Me niego a aprender magia.
-No te iba a sugerir eso pero gracias de todas formas por molestarte en decirmelo. Iba a sugerirte otra cosa. ¿Sabes usar la espada?
-No.
-Eso suponia. Yo sí a si que si me permites, Oliver, te enseñaré a defenderte.- Oliver se sorprende ante su repentina amabilidad.
-Gracias jefa.
-De nada hombre. Comamos y después vayamos a dormir, mañana nos espera otro día largo.
-De acuerdo.
Comienzan a comer los frutos que habia recolectado anteriormente la joven. Eran todavía verdes pero estaban sabrosas y jugosas. Al rato, después de mirar un poco las estrellas, ambos se quedamos dormidos.

martes, 7 de enero de 2014

Dragon I

Día gris. Nubes blancas. Árboles que apenas dejaban ver el cielo grisáceo. Avanzando un poco más, se puede llegar a un acantilado. Al borde de este, hay una joven, a juzgar por su estructura. Aprecia con todo detalle el paisaje desde allí, está tan atenta que ve algo insual, un punto hundiéndose. Supuso que era una embarcación, pero al mirar más detenidamente, ve que lo que está hundiéndose no es un objeto, si no una persona. Sin dudarlo se quita su chaqueta y se lanza al mar a salvar la vida de un desconocido.
Un rato después, la chica lleva el cuerpo hacía el bosque, una vez allí, lo tumba y le saca todo el agua que puede. Lo deja tumbado y empieza a quitarse la ropa mojada, la mayoría. Tapa su torso desnudo con su chaqueta. El muchacho comienza a despertarse. Mueve la mano y nota hierba. Le extraña sentir ese tacto y se levanta sobresaltado. Mira a sus lados, nada salvo muchos árboles. De un salto, la muchacha aterriza en el suelo. Se acerca al chico que ella misma había rescatado, acerca mucho su cara a la de él, el joven retrocede dado a la incomodidad producida por los actos de la joven. Se levanta y se mirándole.
-Por fin despiertas.
-¿Dónde estoy?
-Podrías mostrar agradecimiento antes de hacer preguntas, ¿no?
-Eeem... Gracias por sacarme.-Revisa a la chica. Ve que su tripa está llena de tatuajes. También obseva que no tenía sostén a si que enseguida, aparta la vista.-Aunque... Antes de quedarme inconsciente, vi la figura de un hombre.- Ella chasquea la lengua y seguidamente los dedos. Una luz brillante la rodea y cuando la luz desaparece, aparece un hombre.
-¿A si mejor?
-¿Eh? Pero... ¿Qué?- Ante el desconcierto del empapado muchacho, el hombre ríe sin parar y chasquéa sus dedos de nuevo. Está vez, cuando la luz se desvanece, vuelve a aparecer la muchacha.
-Eres un chico muy gracioso.
Se da la vuelta. Cuando llega a rama donde esta tendido su sostén y su camiseta, se quita la chaqueta. Enseguida, aparta su mirada de ella no sin antes percatarse de su espalda llena de tatuajes al igual que sus brazos
-¿Has echo magia, verdad?
-A si es.
-Pero... ¿No está prohibida?
-Lo está.-Termina de vestirse.
-Entonces, ¿por qué la utilizas?-Se acerca a él hasta quedar a unos pocos centímetros.
-Está prohibida pero eso no significa que no sea practicada. Hay muchos más magos y magas de los que crees. A si que dejemos al lado ese tema...- Le lanza una especie de manzana que había cogido antes y se sienta a su lado.- ¿Qué hacías bañandote en un día así?
-Mi balsa se rompió por la brabura del mar y casi me ahogo si no llega a ser por ti.
-Vaya...- Muerde su manzana y se levanta.-No pienses que te he salvado a sí por las buenas, por mi, te hubiera dejado morir pero... - Le señala con la mano con la que sostiene la fruta.- A partir de hoy, serás mi esclavo.
-¿¡Qué!? No pienso ser tu esclavo
-Si no aceptas, te vuelvo a lanzar al mar. O mejor aún, te mato con mis propias manos.- Sonríe sádicamente.
-Vale, está bien... Seré tu... Tu... Tu...
-Mi esclavo.
-Eso.-Tiende  la mano y él la estracha.
-Es un trato, no se te ocurra romperlo, esclavo. Supongo que tienes un nombre, ¿cómo te llamas?
-Oliver, Oliver Swan.
-Oliver... Eh... Bueno, Oliver deja de vagear y emprendamos la marcha.
-¿Tan pronto?
-Sí. El tiempo es oro.
-¿Hacía dónde?
-Ya lo verás.
-Respondeme mujer.
-Jefa.
-¿Qué?
-Eres mi esclavo y como tal, tienes que empezar a llamarme jefa.
-Me niego.-Le echa una mirada asesina.-Vale, está bien.
-Eres un esclavo muy dócil, muy bien.
Le acaricia la cabeza y emprende un nuevo rumbo, todavía incierto.

The Union~Capítulo 27

 (Nathan)
-¿Qué demonios quieres Christine?-La miro enfadado y ella hace lo mismo. Se acerca más a mi, me agarra del cuello de la chaqueta, me  acerca a ella y... Me beso. Cuando se separo de mi, no puedo evitarla mirarla de manera extraña y Sonrojarme. No me lo esperaba.
-Eres la persona más especial que existe para mí.-Sonrío.- Aquel hombre que viste ayer, se llama Mikey Yovanoff. Me crió como si fuera su hermana pequeña.
-Siento la escenita de antes...
-No te preocupes.
- Y siento que lo hallas tenido que demostrar así.
-¿Piensas que lo he echo obligatoriamente? Siento decepcionarte pero lo he echo voluntariamente.-Me sonríe y se gira para irse pero de repente parece recordar algo y dijo.-Ah, se me olvidaba. Yo nunca he sido tímida, solo soy desconfiada. El único tímido eres tú. Ahora sí que... Adiós, hasta mañana.

Se empieza a alejar de mí, me giro y no puedo evitar sonreír ni seguir con este rubor. ¡Me ha besado! Ha sido extraño y lo ha echo porque ella quería... Espera, Nathan no te precipites. Pero la he oído decir que soy la persona más especial que existe. ¿Sigo siendo tan importante para ella después de aquello? ¿No me culpa? Y entonces... ¿Si ella no me culpa, por qué me culpo yo? Todavía recuerdo por donde ha girado... Si corro... Puedo ser capaz de alcanzarla de nuevo...
Una vez que doy un paso, no puedo parar de correr hasta que no veo de nuevo la figura de Christine. Freno y la agarro de hombro, se gira sobresaltada y me mira extrañada. Sus ojos miel se clavaron en mi, lo notaba. Cuando recobro la respiración, me incorporo y me quedo frente a ella.
-¿Qué pasa?
-Christine... Tú...
-¿Yo...?
-¿Me odias por no haberte salvado de aquellos... Hombres?
-¿Qué clase de pregunta es esa? Por supuesto que no te culpo. Es más, me alegre de que no salieras gravemente herido. Si hubieras sido herido... Yo...-Bajo la mirada, no puedo mirarla ahora mismo. Siento lágrimas saliendo de mis ojos y resbalando por mis mejillas.-¿Nathan?
-Yo... Yo... Llevo todos estos años atormentando por no haberte podido salvar. Aquel sentimiento de impotencia que sentí ese día, todavía no se has esfumado. Yo quería protegerte, era mi deber pero no lo puede cumplir.
-Nathan pa...
-Y ahora vienes tú, diciendo que no me culpas de nada y diciendo que te alegraste de que no saliera herido. Es verdad que no salí herido pero... mi vida se fue a la mierda. 
-Yo... Esto... Por una parte suponía que te sentirías culpable pero creía que te sentirías TAN culpable, a si que siento que te hayas tenido que sentir así, de verdad que lo siento.-Su mirada reflejaba mucha pena y arrepentimiento. La abrazo y ella corresponde a mi abrazo.-Yo... no te conté nada de lo que me ocurrió durante estos ocho años aparte de que no he sido capaz de superarlo y además quería evitar que me sintieras lástima aunque más que lástima, culpabilidad.-Me coge de la mano.- Por favor, no llores más que si sigues así, yo también lloraré.-Me seco las lágrimas rápidamente y ella empieza a conducirme hasta su casa. 
No me culpa de nada... ¡NO ME ODIA! Es lo único que puedo pensar ahora. Christine ya está preparada para contarme todo aquello que paso, lo he visto cuando me dijo el nombre de ese hombre. 

domingo, 5 de enero de 2014

The Union~Capitulo 26

(Christine)
Luke me acompaña a la enfermería bueno, más bien, vamos alli.
-Luke, ¿por qué te has empezado a pelear con Nathan?
-Él lo propuso- se encoje de hombros,- parecía molesto por algo. Además me gusta pegarle, me ayuda a liberarme de mis tensiones y demás.
Me paro en seco, él también se para. Me pongo delante suya y el me mira raro, mantengo su cara entre mis manos.
-No puedes pegar a Nathan, te lo prohíbo.
-¿Ah, sí? ¿Quién eres tú para decirme qué puedo hacer y qué no?
-Soy la amiga de Nathan.- Le quito las manos de las mejillas.- Te voy a dar una advertencia, ¿De acuerdo? La próxima vez que le pegues, yo misma me haré cargo de tí e incluso podría matarte. -Le sonrío amablemente y puedo notar algo de miedo en su expresión.
Seguramente porque ha notado que lo he dicho en serio.
-Ah, pero Luke, que sepas que no odio. Eres mi amigo al fin de al cabo- sonrío.
-¿A si qué está es tu personalidad eh...? Personalmente no me lo esperaba.
-Bueno, la he ocultado durante mucho tiempo a si que ahora se me está haciendo difícil volver a ser como era. Venga, vayamos a la enfermería. Espero que Stevenson no me empiece a odiar.
Nos reímos y entramos.
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Cuando abro los ojos, veo a Anne con la mochila colgada.
-¡Por fin despiertas bella durmiente! Estaba pensando en darte un beso o algo, aunque pensandolo hubiera sido mejor haber llamado a Luke o Nathan.
-¿Ya se han acabado las clases?-Me rasco los ojos mientras bostezo.
-Sí. Joder, como has dormido jodia.
-Me ha sentado bien la siestecita.
-Cabrona... No me des envidia. Por cierto, ¿qué pasa con el club?- Oh mierda, el club.
-Gracias por recordarmelo Anne.
-De nada, pa' eso estoy.
Voy corriendo hacia la sala. Allí Robert me recibe y me ordena hacer inventario de los libros.
¡Qué divertido!
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¡Por fin acabé! Salgo de la sala, despidiendome de Robert y los demás.
A la salida, veo a Nathan de lejos. "Y dime, ¿yo soy especial?" Trago saliva y camino decidida hasta él. Cuando paso por su lago, le agarro del brazo y lo arrastro conmigo.
Él intenta soltarse pero no lo consigue, lo intenta otra vez y me paro, no por lo que había echo él sino porque yo quería.
-¿Qué demonios quieres Christine?-Me mira enfadado y yo hago lo mismo. Me acerco más a él, le agarro del cuello de la chaqueta, lo acerco a mí y... Le beso. Cuando me separo de él, me mira de manera extraña y tiene las mejillas ligeramente sonrojadas. Seguro que no se lo esperaba.
-Eres la persona más especial que existe para mí.-Sonrío.- Aquel hombre que viste ayer, se llama Mikey Yovanoff. Me crio como si fuera su hermana pequeña.
-Siento la escenita de antes...
-No te preocupes.
- Y siento que lo hallas tenido que demostrar así.
-¿Piensas que lo he echo obligatoriamente? Siento decepcionarte pero lo he echo voluntariamente.-Sonrío y me giro para irme pero me acuerdo de algo que dijo.-Ah, se me olvidaba. Yo nunca he sido tímida, solo soy desconfiada. El único tímido eres tú. Ahora sí que... Adiós, hasta mañana.
¡Vaya peso que me he quitado de encima! Me pregunto como interpretará lo del beso y eso... Bueno que lo haga como quiera. He estado guay. Soy guay. Venga, Christine, ya paso todo. Miro hacía a delante, a la puesta de sol mientras camino.

sábado, 4 de enero de 2014

The Union~Capítulo 25

(Nathan)
Mierda, esa pregunta me ha salido sola y me siento un poco mal al haberla gritado así. Bueno, lo echo, echo está. Estoy destrozado.
-Hey Nathan, que paliza te ha dado Christine.- Nick empieza a reír y se apoya en mi hombro. Al ver que no digo nada, me mira y deja de reír. Ahora su tono es de preocupación.- ¿Qué ha pasado?
-Absolutamente nada, Nick.- Me quito su mano del hombro y avanzo.
Me quedo parado un momento y veo que Nick está hablando con Christine. Seguro que Christine no le cuenta nada. Me acerco a Luke y  pongo una mano en su hombro.
-¿Qué quiere Kenway?
-¿Te aperece luchar?
-Por supuesto. ¿Pero qué gano a cambio?
-Lo que quieras.
-De acuerdo.
Se pone en guardia y empezamos a pegarnos. Siento como si me liberase de toda está tristeza.
Oigo un grito y ambos paramos. Una amiga de Christine acaba de gritar porque le sangra la nariz. A mi también, no me había dado cuenta. Lo siento Chistine, es todo por mi culpa.
-Terminamos por hoy, Luke.
-Estoy de acuerdo.
Nos alejamos. Coje a Christine por el hombro y se la lleva a la enfermería. Yo me siento en el césped, me revuelvo el pelo y no dejo de mirar al suelo. En vez de haberme puesto así, tendría que haberla pregunta quién era ese tipo.
-Nathan. ¿Qué pasa?
-Nada.
-Tú estás triste. Christine también. Esperaba que ella me contará algo pero no lo hizo, a si que cuéntamelo.
Una vez que abro la boca no puedo parar. Le cuento le que vi ayer y lo que le he dicho. Como me siento respecto a lo que acababa de pasar. Nick es un buen amigo.
-No querias preguntarla quién era porque no querías que supiera que estabas celoso a si que le hiciste esa pregunta. En mi opinión, yo creo que sí que eres importante para ella, no sé si eres especial o no, pero ella pasa tiempo contigo y se preocupa por ti a si que si eres importante para ella.
-Eres muy sabio cuando quieres, Nick.
-Algo tenía que dárseme bien, ¿no?
Ambos reímos. La sirena hace acto de presencia. Es hora de la siguiente clase.

viernes, 3 de enero de 2014

La organización~Capítulo 3

Cuando me despierto, le veo sentado en una silla y con la cabeza y los brazos apoyados en mi cama. Creía que no se quedaría toda la noche.
En aquel preciso instante, aparece un madrugador Lee, con una bandeja con mi desayuno.
-Buenos días Emma- pega una patada a la silla haciendo que Kyle caiga al suelo. Lee deja la bandeja sobre mi regazo y no paramos de reír. Kyle se levanta sobresaltado e insultando a Lee.
-¿Por qué has tenido que hacer eso?
-Era necesario para que despertaras y nosotros empezaramos bien la mañana.-Kyle sigue malhumorado y Lee ha parado de reír, en cambio, yo no.
-Em, deja de reírte.
-Es que... Es que... No puedo. Tu reacción ha sido demasiado.
-Me las pagaras Lee.- Le echa una mirada desafiante y antes de salir por la puerta, señala sus ojos y después los de Lee. En ese momento, creí que iba a asfixiarme.
Después de un rato riendonos de Kyle, levanta la silla, le da la vuelta y se sienta.
-¿Qué tienes pensado hacer hoy?- Me pregunta mientras observo como desayuno.
-Quedarme todo el día en la cama, recuerda, no puedo caminar.- Respondo con la boca llena de galletas, tomo un sorbo de cacao y sigo comiendo galletas.
¡Adoro estas malditas galletas!
-No puede caminar pero hay otra forma de llevarte a algún sitio.- Se levanta y comienza a rebuscar en una esquina de la habitación hasta que da con lo que estaba buscando. La pliega. Es una silla de ruedas.-Ya lo ves. ¿Quieres salir un rato?
-Sí porfa, porfa.
-Te traeré ropa, esperame aquí- antes de salir por la puerta añade algo más- espera... Es verdad, no puedes moverte.-Sale riendose.
Lee y su maldito humor cruel.
Un paseo me vendrá muy bien. Tantos días encerrada en el hospital y ahora tengo que permanecer aquí... Bueno, es lo que toca.
Un rato después, entra, me deja la ropa encima mia y me mira.
-¿Qué miras?
-Como estás inválidada, pensé en ayudarte, como buen amigo que soy...- Sonríe. Mi mirada es asesina, él la percibe y decide salir antes de que le pasé algo- cuando termines de vestirte, llamame que te ayudaré a sentarte a la silla.
-Vale. Y gracias Lee.-Sonríe y sale.
Me ha cogido la que a él le gusta y básicamente a mi también me gusta. Me la pongo y le llamo, como él me dijo. Me ayudo a sentarme en la silla y salimos de la habitación. Lee empuja mi silla.

Pasa un rato y llegamos al parque. Veo que hay un puesto de crêpes y agarro a Lee por su camiseta.
-¿Qué ocurre, princesa?
-Quiero... Crêpes...- Mira a su alrededor, ve el puesto y asiente.
Me deja cerca de un banco y se va a comprar las crêspes. ¡Qué bien sienta sentir la brisa en la cara! Al momento, me llega un olor a crêpe. Voy a morder pero la aparta. Le pego en la cabeza y me lo da.
-Eres una bruta.
-Callate. Además tú me has provocado idiota.
Comemos nuestras crêpes y volvemos a la base.
Una vez allí, me deja en la sala, con los demás. Observo como juegan a la consola Peter y Mark. Phil está pintando la cara de Louis mientras esté duerme... Viviendo aquí, es dificil no reírse.

The Union~Capítulo 24

(Christine)
Se habrá quedado agusto. Ha conseguido que me sangre el labio y la nariz. Aunque yo también le he echo sangrar. Está muy callado y además estaba raro mientras nos peleabamos. ¿Qué le pasará?
Llegamos a la enfermería. Llama  la puerta, al momento, se oye una voz que dice que entraramos asi que entramos. La señorita Stevenson se queda boquieabierta.
-¿Que os ha pasado?
-Clase de gimnasia compartida.
-Ah, entiendo. Sentaos en la cama.-Su tono se serena inmediatamente. A si que me siento sin rechistar.
-Estate quieta, Yovanoff. Escuecerá un poquito. Después me pongo contigo- dice a Nathan y se pone quitarme la sangre. ¡Escuece mucho!
-Está bien.
-Ya casi termino... Vale, ya está- tira el algodón ensangrentado y después se pone a quitarsela a Nathan.
Le damos las gracias a Stevenson, salimos de allí y seguimos en silencio.
-¡No lo aguanto más!
-¿El qué?
-Esté silencio tan incómodo.
-No es incómodo... Bueno, sí lo es.
-¿Qué te pasa Nathan? Hoy estas extraño.
-¿Yo? Pero si estoy como siempre.-Nos paramos antes de salir al patio de nuevo.
-No sueles ser así, Nathan.
-¡La gente cambia Christine! Tú eres un buen ejemplo. La chica tímida, se abraza con un hombre. Podría haber sido cualquier hombre.
-Pero el no es cualquier hombre, él es especial.
-¿Especial? ¿A si qué abrazas a cualquier hombre que sea "especial"? Y dime, ¿Yo soy especial?-¿Qué? ¿Cómo debo responder a eso? Al ver mi silencio, rectifica- no hace falta que contestes, ya me lo has dejado claro.
Su mirida era de enfado pero también guardaba un poco de tristeza, alomejor más tristeza que enfado. Sale y se reúne con sua amigos mientras yo le sigo mirando, sin creerme lo que acababa de pasar.
"-Y dime, ¿yo soy especial?"
Claro que lo eres, estúpido. ¿Por qué no he podido responderle?

jueves, 2 de enero de 2014

La Organización~Capítulo 2

Ya han pasado esos tres días. Como dijo Mars, ahora puedo moverme aunque con mucha dificultad. Mars llega a mi habitación a la hora acordada, me ayuda a levantarme y a urtadillas, huímos de allí. Hay bastante más vigilancia de la que esperabamos pero fue fácil burlarla.
Ambos paseamos por las calles con la ropa del hospital. Por suerte nadie nos mira raro ya que no hay nadie por las calles a estas horas.
Después de un buen rato caminando, paramos para recuperar fuerzas. Normalmente el paseo no me suele cansar tanto pero estoy herida. El dolor ha vuelto de repente. Damos unos pasos más y entramos a la base. Hay luces encendidas. La de la sala de estar, la de la cocina y la de un par de habitaciones. Miro a Mars y este asiente.
La primera sala por la que tenemos que pasar por delante es la cocina. Por suerte, estan recogiendo y limpiando la cocina. Ahora toca la sala de estar, donde suelen estar todos. Pasamos como si nada. Alguien chilla y señala a nuestra dirección. Todos miran y Kyle aparta la mirada al instante.
-Joder Lee, me has asustado.-Digo haciendome la víctima.
-¿Dónde habeís estado?- Pregunta TJ.
-¿No te acuerdas de que lo nos dijo Kyle? Estaban en hospital aunque también es obvio al ver los pijamas.- Responde Mark.- La pregunta acertada sería... ¿Qué os ha pasado?
-Absolutamente nada que sea de vuestra incumbencia.-Todos se molestan antes la respuesta de Mars. Lee es el único que se levanta y coge a Mars por el cuello del pijama.
-¿Cómo que no es de nuestra incumbencia? ¿No prometimos que no habría secretos entre nosotros?
-Eso, eso. Exigimos una explicación de todo esto.
-Venga, vale ya Lee, todos...- Intento que lo suelte pero lo único que consigo es que me empuje y caiga al suelo.
-¡Ahora no vengas con esas Emma! ¡No intentes hacer como si no hubíera pasado nada!-Mars se suelta y le da un empujón. Me ayuda a levantarme. Siento que estoy sangrando. Ahora todos se han fijado en la enorme mancha roja del camisón del hospital. Mierda, la herida de la pierna, una de la más profundas se ha vuelto ha abrir. Empiezo a sentirme débil, menos mal que Mars me está sujetando. Sin decir nada, la tensión desaparece y la preocupación se dibuja en sus rostros. Estoy perdiendo mucha sangre, parece increíble que pueda perder tanta sangre.
Cuando abro los ojos, veo un montón de caras sonrientes que se apartan enseguida y se acerca un Lee arrepentido.
-Lo siento mucho Emma... Lo siento.
-No te preocupes hombre, no ha sido nada.- Sonrío y él también.
-Emma tengo malas noticias- anuncia Peter.-No podrás moverte en algo más de un mes.
-Eso es demasiado tiem...-Me tranquilizo y asiento con la cabeza.
Después toda la sala queda vacía. Al momento entra Mars y se asegura que por los alrededores no haya nadie.
-Lo siento mucho... Si no hubíeras ido conmigo, no estarías así.
-¿Eres estúpido o algo? No me arrepiento de nada de lo que hice.- Sonríe, me da un beso en la frente, me da las buenas noches y se va. Me quedo mirandome las manos vendadas, jugando con mis dedos y triste. ¿Por qué estoy triste? ¿Será la culpa de haberlos echo preocuparse tanto? Aunque al fin de cuentas, no soy tan importante.
-Claro que eres importante.-Me sobresalto y veo a Kyle apoyado en el marco de la puerta.
-Deja de meterte en mi cabeza, es incómodo.
Cierra la puera y se acerca a mi.
-Me quedaré contigo está noche. Asi que estate tranquila y duerme.
¿Qué mosca le ha picado? Bueno, no importa. Me tumbo y antes de cerrar los ojos, le dedico una enorme sonrisa.
-Gracias Kyle. Buenas noches.

The Union~Capítulo 23

(Nathan)
Suspiro. Llevo unos días... Debería tranquilizarme pero soy incapaz. Aunque The drunken skull me ha echo olvidar. A lo lejos veo una figura feminina con el pelo rojo. Inmediatamente se quién es. Christine está abrazando a otro hombre. ¿Quién será? Sin querer, me quedo mirandoles un rato y él hombre se da cuenta de que los estoy mirando y sonríe. Maldito. Cuando se aleja, veo a Chris que sigue despidiendole, seguro que le tiene cariño.
Volveré al bar. Voy corriendo y Betty intenta animarme y lo consigue. Betty es muy buena con esas cosas. Está a punto de cerrar a si que me despido de ella y a paso lento, voy a casa.
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Hay mucho barullo por los pasillos. ¿Por qué hay tanto jaleo desde tan temprano? Bueno, tampoco es que me importe. Paso por delante de la clase de Christine y oigo una pregunta, las chicas son muy cotillas.
-¿Y le quieres?-Después oigo la voz de Christine que sin dudarlo ni un momento contesta.
-Claro que le quiero. ¿Quereís hacerme el favor de dejarme en paz?
Me quito de la pared y sigo avanzando hasta clase.

Toca gimnasia compartida, según el profesor. Llegan los chicos y chicas de primero. Ella está esta entre todos ellos. El profesor dice de hacer clase con ellos. Menuda estupidez. Cuando oyen eso, muchas chicas de primero van hacia Luke. Los demás se iban y ya tenían compañero. Muchos se querían poner con Christine pero acaba poniendose conmigo por la ayuda de Nick.
-Bien chicos, va ha haber distintos ejercicios. Primero, fútbol. Segundo, volleyball. Y tercero, cualquier tipo de arte marcial eso sí, sin haceros daño.
Casi todos los chicos se cojieron futbol, la gran mayoría de chicas se eligieron volleyball y los demás pegarnos, que es muy divertido.
Nos ponemos uno delante del otro. El profesor da un pitido y todas las actividades comienzan. Christine saluda haciendo inclinándose y empiezo atacando yo. No tenemos que hacernos daño, los demás se lo toman a broma y se asombran mucho al vernos a nosotros.
Bloqueo, bloquea. Lanzo puñetazo, se agacha, lanza puñetazo, me da en la barbilla. Decido hacerla una llave de judo para inmovilizarla, cuesta pero lo consigo. El profesor nos hace parar ya que ambos habiamos empezado a sangrar. Nos manda a la enfermería.
En el camino el silencio incómodo es el protagonista.

miércoles, 1 de enero de 2014

The Union~Capítulo 22

(Christine)
Suspiro. Las clases son muuuuuy largas, creo que demasiado. Me pongo ha hacer garabatos en mi cuaderno y el profesor no dijo nada ya que por lo menos no estaba durmiendo aunque esa era mi primera opción. Suena la sirena y el primero en salir es el profesor. Se nota que no nos soporta.
Mañana hay club... Menos mal que lo acabo de recordar. Bueno pero es mañana. Anne y yo salimos juntas. Anne siempre está ocupada, entre el club y la tienda de sus padres... Algún día iré a comprar allí.
A si que nos despedimos en un semáforo y mientras ella cruza, yo sigo despidiendola con la mano. Cuando me voy a dar la vuelta... ¡Pum! Auuuuch...
-¿Está bien?- Me tiende la mano un joven morenos y ojos marrones. Cojo su mano y me ayuda a levantarme.
-Sí, estoy bien.- Me sacudo la falda.- Disculpeme- sonrío.
-¿Christine?
-¿Eh?- Me quedó fijamente mirando a ese hombre y ya caigo en la cuenta de quién es.- ¿Mikey?
-Sí, ha pasado mucho tiem...- No le dejo terminar y me lanzo a abrazarlo.- Po. Has crecido mucho.-Me abraza.
-¿Qué haces aquí?
-He venido como turista. Esto ha sido todo una sorpresa.
-¿Y los demás?- Le miro a la cara. Estoy aguantandome las lágrimas pero se ven como asoman.
-Ellos están muy bien- me seca las lágrimas.- ¿Qué tal si vamos a tomar algo y te cuento?
-Sí.
Caminamos hasta la cafetería del otro día. Allí nos sentamos en una mesa que está al lado de la ventana.
-Bueno... Empecemos por Tom. Tom está saliendo con una chica muy guapa y hace poco le pidio matrimonio. Brian ha montado un restaurante muy popular. Travis está casado y está esperando su primer hijo. Y bueno, yo... Estoy dedicandome a viajar como siempre quise.
-Me alegro mucho por todos. Mandales saludos de mi parte cuando los veas.
-Tengo una idea mejor- saca su móvil- acercate y saquémonos una foto.
-Sí.- Me pongo a su lado. Sonreímos y ... Maldito flash. Vuelvo a mi sitio mientras el les envia la foto.
-Bueno... Ya está. ¿Qué hay de ti?
-Ahora mismo me va bien pero...
-¿Pero?
-Después se que me dejaraís en aquel orfanato... El infierno empezó. Yo no hice nada y todos la tomaron conmigo. Me pegaban palizas diarias, intentaban abusar de mi de distintas maneras y se metian conmigo... No me defendí, vosotros me dijisteís que no lo hiciera si mi vida no corría peligro...
-Pero lo pasaste mal y seguramente pensaste en la muerte, te conozco. Debiste haberte defendido.
-¿Y ahora me lo dices? ¿Ahora que ya he escapado de allí? ¿De qué vas?- Golpeo la mesa y me levanto. Todos los clientes quedaron en silencio y toda su atención se centro en mí. Me siento y sin mirarle a los ojos comienzo mi disculpa.- Lo siento Mikey. No debería haber levantado la voz.
-No importa y tienes razón. Hablo por todos y creeme cuando digo que lo sentimos.- Ahora es el que baja la mirada.
-Bueno, no importa. Me alegro de volver a verte después de tanto tiempo y verte es una de las cosas que más deseaba durante mi estancia allí.-Se levanta y me abraza.
-Quita. Es vergonzoso.
-No.
-Quita.
-No
-Quita.
-No.
-¡Quita!
-Vale, vale.
Me suelta y paga la cuenta. Vamos al parque y allí nos sentamos en un banco.
-¿Encontraste a tu amiguito?
-Sí. Lo encontré a la primera. Vamos al mismo instituto.
-¿Y paso algo...?- Me guiña un ojo y le fulmino con la mirada. Estoy sonrojada.
-N-no ¿Qué tonterías dices? Aunque el otro día... Me besó...
-Oooh... Vaya... Vaya...-Mira su reloj.- Oh, mierda. Tengo que irme al hotel.
-Te puedo acompañar si quieres.
-Vale. Venga.

Nos paramos en un paso de cebra. Allí me dijo que no hacía falta que le acompañara más y que se iba mañana. A si que nos despedimos, nos dimos un abrazo muy largo.
-Te echaré mucho de menos.
-Yo también a ti, peque.- Me revuelve el pelo y empieza su camino. Yo le sigo despidiendo con la mano.
-Adiós Mikey.
Doy la vuelta y me voy a casa.