domingo, 5 de enero de 2014

The Union~Capitulo 26

(Christine)
Luke me acompaña a la enfermería bueno, más bien, vamos alli.
-Luke, ¿por qué te has empezado a pelear con Nathan?
-Él lo propuso- se encoje de hombros,- parecía molesto por algo. Además me gusta pegarle, me ayuda a liberarme de mis tensiones y demás.
Me paro en seco, él también se para. Me pongo delante suya y el me mira raro, mantengo su cara entre mis manos.
-No puedes pegar a Nathan, te lo prohíbo.
-¿Ah, sí? ¿Quién eres tú para decirme qué puedo hacer y qué no?
-Soy la amiga de Nathan.- Le quito las manos de las mejillas.- Te voy a dar una advertencia, ¿De acuerdo? La próxima vez que le pegues, yo misma me haré cargo de tí e incluso podría matarte. -Le sonrío amablemente y puedo notar algo de miedo en su expresión.
Seguramente porque ha notado que lo he dicho en serio.
-Ah, pero Luke, que sepas que no odio. Eres mi amigo al fin de al cabo- sonrío.
-¿A si qué está es tu personalidad eh...? Personalmente no me lo esperaba.
-Bueno, la he ocultado durante mucho tiempo a si que ahora se me está haciendo difícil volver a ser como era. Venga, vayamos a la enfermería. Espero que Stevenson no me empiece a odiar.
Nos reímos y entramos.
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Cuando abro los ojos, veo a Anne con la mochila colgada.
-¡Por fin despiertas bella durmiente! Estaba pensando en darte un beso o algo, aunque pensandolo hubiera sido mejor haber llamado a Luke o Nathan.
-¿Ya se han acabado las clases?-Me rasco los ojos mientras bostezo.
-Sí. Joder, como has dormido jodia.
-Me ha sentado bien la siestecita.
-Cabrona... No me des envidia. Por cierto, ¿qué pasa con el club?- Oh mierda, el club.
-Gracias por recordarmelo Anne.
-De nada, pa' eso estoy.
Voy corriendo hacia la sala. Allí Robert me recibe y me ordena hacer inventario de los libros.
¡Qué divertido!
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¡Por fin acabé! Salgo de la sala, despidiendome de Robert y los demás.
A la salida, veo a Nathan de lejos. "Y dime, ¿yo soy especial?" Trago saliva y camino decidida hasta él. Cuando paso por su lago, le agarro del brazo y lo arrastro conmigo.
Él intenta soltarse pero no lo consigue, lo intenta otra vez y me paro, no por lo que había echo él sino porque yo quería.
-¿Qué demonios quieres Christine?-Me mira enfadado y yo hago lo mismo. Me acerco más a él, le agarro del cuello de la chaqueta, lo acerco a mí y... Le beso. Cuando me separo de él, me mira de manera extraña y tiene las mejillas ligeramente sonrojadas. Seguro que no se lo esperaba.
-Eres la persona más especial que existe para mí.-Sonrío.- Aquel hombre que viste ayer, se llama Mikey Yovanoff. Me crio como si fuera su hermana pequeña.
-Siento la escenita de antes...
-No te preocupes.
- Y siento que lo hallas tenido que demostrar así.
-¿Piensas que lo he echo obligatoriamente? Siento decepcionarte pero lo he echo voluntariamente.-Sonrío y me giro para irme pero me acuerdo de algo que dijo.-Ah, se me olvidaba. Yo nunca he sido tímida, solo soy desconfiada. El único tímido eres tú. Ahora sí que... Adiós, hasta mañana.
¡Vaya peso que me he quitado de encima! Me pregunto como interpretará lo del beso y eso... Bueno que lo haga como quiera. He estado guay. Soy guay. Venga, Christine, ya paso todo. Miro hacía a delante, a la puesta de sol mientras camino.

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