sábado, 1 de febrero de 2014

Dragon VII

Al entrar en la ciudad, algo llamo la atención de Oliver. La aldea era totalmente distinta a la otra. Pero lo que más le llamó atención fue... Que no había ni un solo niño por las calles.
-Brown... ¿Te has fijado en que no hay ningún niño por la calle?
-Sí, no es raro encontrarse aldeas asi, creéme. Aunque suele ir por épocas.
-¿Por épocas?
-Sí. Sobretodo en dos meses en concreto. Los caza magos, los magos y los magos fugitivos suelen caminar a sus anchas y su poder se ve debilitado y todo tiene que ver con la luna. Bueno, el caso es que en las  aldeas se reúne gente muy peligrosa y no sería la primera vez que niños inocentes se ven involucrados. Aunque... También puede ser por el exceso de rufianes por estos lares.-Se encoge de hombros.- Puede ser cualquier cosa.
-Vaya...
-Oliver sigueme.
-¿Eh? Está bien.
Brown empieza a caminar por la calles, parecía conocerse todas las calles y recobecos de esa aldea.
Al entrar a un callejón sin salida, se encuentran en frente de una gran tienda.
-¿Por qué hay una tienda en este sitio?
-Los magos debemos ser precabidos.
Brown llama a la puerta dos veces y todo queda en silencio. Unos segundos después, una voz contesta.
-Adelante.-Ella abre la puerta y entran a aquella tienda de magos. Está iluminada inicamente por la luz del sol que entra por una pequeña vidriera. Frente a ellos se encontraba una mesa de madera muy robusta y tras de ella, se encontraba un anciano sentado en una mecedora fumando en pipa.
-Hola.-Dice alegremente Brown y va directamente a la puerta que había al lado del mostrador.
-Oye... Brown... -No le oye.
-¿Quién eres tú?- Echa el humo que había acumulado y después le mira. En ese momento, Brown asoma la cabeza tras las cortinas blancas y correosas.
-No te preocupes viejo, viene conmigo.-La expresión del hombre cambió.
-En ese caso...-Le coge la mano.- Soy Pete.
-Oliver.
-Encantado Oliver. Por favor, entra.-Oliver asiente. Cuando entran, se encuentran a Brown rebuscando en cajas.
-Brown... ¿Qué haces?
-Viejo... ¿Y la nueva mercancia?
-Oye, no pases de mi.
-Estará a punto d...-En ese momento, alguien entra por la puerta. Es un joven rubio cargado con una caja.-Ya está aqui.
-Oh... Hola Spike...-Cuando Spike ve a Brown, da la caja a Pete y se pone detrás de Brown.
-Aisha, ¡luchemos!
-Está bien.-Suspira y se levanta de un salto.
Empiezan a pegarse como niños pequeños. Pete deja la caja en una mesa llena de papeles que había en esa habitación.
-Bueno Oliver... ¿Cómo has acabado viajando con...-señala a Brown que sigue peleando con Spike. Brown está haciendo una llave a Spike. Después, Spike se libera y ruedan. Ahora es Spike el que hace la llave,- Eso?
-No lo sé.-Mira ese espectáculo.
-Tengo la comida en el fuego, ¿quereís comer?
-¡Sí!-Dice Brown presa de otra llave de Spike.
Ruedan otra vez y Brown ahora es la que tiene el control de la pelea.
Siguen rodando y pegandose como niños.
Pete aparta todos lo papeles , baja la caja y deja los platos en la mesa. Oliver coje el plato y comienza a comer. Brown se sienta frente a Oliver y come como si nada hubiera pasado mientras Spike está en el suelo.
-¿Por qué os peleaís?
-Porque Spike tiene muy mal perder, no quiere reconocer que soy más fuerte que él.
-Porque no lo eres.-Dice Spike enfadado.
-Todo empezó hace algunos años cuando ella le salvó y su orgullo fue dañado.
-Ah... Entiendo... Y quiere recuperar su orgullo.
-Exacto.-Spike se sienta en la esquina de la mesa y Pete en la otra. Comienzan a comer el guiso.
-Tan rico como siempre, Pete.
-Me alegra verte pero necesito que te vayas.
-De acuerdo...-Ella deja su plato sobre la mesa y se pone a rebuscar entre la caja más nueva.
Se siente decepcionada al encontrar solo libros.
Oliver coge a la ardilla que estaba comiendo en la mesa y Brown sale de la casa.
-Gracias por todo.
-Oliver, cuidala, ¿vale?
-Vale.
Oliver sale también y deja la ardilla sobre la cabeza la cabeza de Brown. Vuelven tras sus pasos.
Oliver sigue desconcertado por las peticiones tan repentinas de Pete. "Necesito que te vayas" y "Cuidala,¿Vale?". No entiende nada pero decide no preguntarla.

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