lunes, 17 de febrero de 2014

The Union~ Capítulo 38

(Nick)
Nada más colgar, echo a correr hasta la casa de Christine porque no se me ocurre otro sitio a donde pueda ir estando herida. Por suerte todavía me acuerdo de su dirección. Hace mucho que la acompañe a casa, es increíble que me siga acordando. Estoy empezando a pensar que tengo una mente privilegiada.
Por fin estoy en frente su puerta. ¿Llamo o no? ¿Me oira? Seguramente no. Giro el pomo y resulta que estaba abierta. ¡Jo! Me hacía ilusión darle patadas como en las películas pero mejor que estuviera abierta. Cuando entro, cierro la puerta con llave tras de mi.
Avanzo por su pequeño apartamento. Y me la encuentro tumbada en su cama, parece que està muerta. Me acerco a ella y la zarandeo un poco.
-Christine. Christine.
Al notar un contacto inesperado, se levanta sobresaltada y se pone la mano en el hombro herido, podría haberse abierto la herida.
-Nick, ¿Qué coño haces aqui?
-Eh, tranquila. No es mi culpa que tuvieras la puerta abierta y Nathan me llamo, me dijo que habia desaparecido y me preocupe.
-Es muy... Amable por tu parte.-Se vuelve a tumbar- ¿Podrías darme tu mano?
-¿Eh?- Que petición más extraña pero no puedo negarme.-Sí, claro.
Me la coge y empieza a apretar. ¡Joder, cuánta fuerza tiene!
-Necesito calmantes... Morfina... O algo para calmar mi dolor.
-Si te duele tanto... ¿Por qué has huído del hospital?
-Porque... Porque... Sentía que si me quedaba alli un minuto más... Iba a morir.
No puedo evitar sorprenderme ante esa respuesta. ¿Pero cómo puede pensar eso?
-Y... Si muero... No solo yo moríria, Nathan también moriria y no quiero que muera.
-Espera... ¿¡Qué!? ¿De dónde te has sacado eso?
-No lo he sacado de ningún sitio, es la verdad.
-Parece que deliras por el dolor, es mejor que te lleve al hospital.
-¡No!
La cojo lo mejor posible y con dificultad porque está pataleando. La llevo como si fuera un saco y ella no para de patalear, solo es un maldito hospital. Noto que poco a poco, lo puñetazos y patadas cesan. Cuando miro a Christine era demasiado tarde, se le había abierto la herida. ¡Mierda, mierda, mierda! Tengo que darme prisa.
Sin pensarmelo dos veces, corro lo más rápido que puedo para llegar lo antes posible al hospital.

No hay comentarios:

Publicar un comentario