miércoles, 25 de junio de 2014

Dragon X

-¡BROWN!- Chilla Oliver todavía sorprendido.
-Estúpida.-Chasquea la lengua y se rasca la cabeza.-Siempre ocurre lo mismo. Es tan penosa.
"Es tan penosa". Las últimas palabras del pelirrojo no paraban de resonar el la cabeza del aturdido Oliver que sigue observando el cuerpo ensangrentado de Aisha. Se levanta sin mirar al frente.
-Bastardo...- susurra aún sin mirar a la cara al chico.-¡PAGARÁS POR ESTO!-De repente una repentina y extraña luz dorada recubre a Oliver. Aisha no puede evitar sorprenderse. La cara de Dave también cambio. Oliver lanzó su ataque y Dave lo recibió de lleno. Dave y Aisha no habían visto eso jamás pero habían oído algo... No se podía creer que fuera él.
Cuando por fin desaparece todo ese resplandor dorado, Oliver cae al suelo mirando al frente con respiración entrecortada. Dave había desaparecido junto a aquella extraña luz. Cuando recobra su respiración, recuerda a Brown y se acerca a ella corriendo.
-Brown,-dice con un nudo nudo en la garganta a punto de llorar,- por favor no mueras.-La mano ensangrentada de Brown recorría la cara de Oliver. Ella estaba sonriendo.
-Aisha. Me llamó Aisha. Gracias Oliver.-De repente cierra los ojos y su mano cae al suelo.
-Aisha... Aisha por favor. No mueras...-Las lágrimas comienzan a caer sobre el cuerpo de Aisha. Rápidamente se las seca.-No hay tiempo para llorar, tengo que llevarla a algún sitio...-La ardilla aparece de repente junto a ella.-Tú...-La coge como puede y mira la ardilla.-¿Sabes dónde está la siguiente aldea, verdad? Conduceme hasta allí, te lo pido.
Parece que está le entendío y comenzó a correr seguido por Oliver y poco después había un gran portón. Y ahora surge la siguiente duda... ¿Donde la pueden atender? Su herida no es normal pero el no sabe localizar a magos... ¿Qué puede hacer?
La ardilla que olisqueaba el lugar comienza a correr de nuevo. Sin pensarlo, corre tras ella y al rato llegan a la puerta de una humilde casa casi a las afueras del poblado. Traga saliva y llama fuertemente a la puerta. Tras esperar unos segundos y que no halla respuesta hace que Oliver se decepcione y comience a caminar pero en ese instante se abre la puerta.
-¿Eres tú el que ha llamado?
-Em... Si.
-¿Qué quie...?-Mira la cabeza de Aisha que está apoyada en su hombro.-Oh, Dios mio. Aisha... Entra, entra rápido.
Asiente y pasa. La chica corre hasta entrar una habitación del piso de arriba. Al momento, sale junto a un hombre de pelo y barba negra  canosa  y con unas gafas redondas.
-Aileen, deprisa, prepara todo. Tranquilo, ahora nos ocupamos nosotros.
Oliver entrega el cuerpo a aquel desconocido que parecía conocerla.
-Ya está, padre.
-Bien. Ayudame. Esto va ser difícil.
-Esta bien. Muchacho, gracias por traerla a tiempo y no se preocupe, se recuperará.-Dicho esto, la menuda chica rubia y de ojos claros ayuda a su padre a curar la herida tan fea que había recibido Aisha.
Oliver no paraba de pensar que había sido culpa suya. Pone sus manos sobre sus rodillas y se sujeta la cabeza.
-Mierda, debo pensar antes de actuar pero... ¿Qué fue esa luz tan extraña? ¿La produccia yo? ¿Cómo he podido hacer eso? Yo lo soy mago.-Durante un buen rato, esos eran los únicos pensamientos que estaban en la  cabeza de Oliver.

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